Atención, mirad en lo que se ha convertido la varilla chatarra y oxidada que da pena, en esta otra que está como nueva. Como se puede ver, una varilla es del lado izquierdo (la que está oxidada y recién sacada de la bici) y la otra es del derecho.
No hace falta decir lo que un poco de maquillaje ha hecho por esta varilla... Ha dejado de ser un adefesio en convertirse en algo bello! Y es que el maquillaje hace milagros (y vosotras lo sabéis mejor que nadie).
Y es que para estar guapa (cuando una es fea) el trabajo es largo y costoso. Para empezar, se ha de dar un baño quitando todas las impurezas. Impurezas fuera! Seguidamente tenemos que limar bien la pieza para dejarla lisa y sin rugosidades. En el caso de la varilla sería el salfumán y en el otro caso se puede comparar con una limpieza de cutis y con un buen baño de sales.
Al acabar hay que darse prisa, pues la superficie del metal está muy sensible, y utilizar algún producto que lo proteja (con algún tipo de barniz especial). Vamos...lo que viene siendo una crema hidratante para la piel.
Una vez listo hay que darle una primera capa de níquel y más tarde la capa de cromado. Es decir, el acabado final consta de dos capas. No soy un experto en la materia pero juraría que el maquillaje femenino consta de las mismas partes! Aunque no todo son similitudes, la verdad es que el cromado lo aguanta todo, el agua, los golpes, etc. Por contra es mucho más caro, aunque a mi, gracias a un contacto, me ha salido totalmente free :-)
La bici va cogiendo cada vez más buen color y con estas mejoras creo que dentro de poco podré terminarla.
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